Isidoro Gracia |
Ante la publicación de una contabilidad manuscrita por sus tesoreros, a la cúpula del PP se le han ocurrido unas variantes, lo que puede venir bien a los sufridos guionistas de las series; además del demuéstrese. Variante A: No me consta. Variante B: hay que esperar unas auditorias.
Cuidado que sería fácil para el Presidente y los distintos secretarios saber si, tal y como indica el manuscrito, han ingresado, o no, las importantes cantidades que se les atribuyen “ad personan”, con lo cual pueden dar fe de la existencia por constancia directa. También es fácil constatar si lo han declarado, ellos en su IRPF y el partido en las cuentas presentadas al correspondiente Tribunal de Cuentas. Si no se acuerdan, basta con que llamen a su compañero ministro de hacienda para conseguir una copia de sus declaraciones y al Tribunal de Cuentas indicarle en que página de que documento están reflejados los millones que figuran como ingresos en los ya famosos papeles.
Pues no, en su laberinto sin salida, han optado por lo clásico: ganemos tiempo y mientras tanto, como podemos pagar buenos abogados, nos buscamos una buena justificación con apariencia de legalidad, y trasladamos culpabilidades a la prensa que publica, al partido de la oposición que pide explicaciones, exigimos silencios cómplices incluso en el Parlamento, etc. Se busca la solución que otras veces dio resultado, a ver si algún juez anula alguna prueba, y hasta es posible que, siguiendo ejemplos italianos, incluso propongan legislación nueva que cubra las vergüenzas. La amnistía fiscal, es solo un primer paso, ley confusa del “totum revolutum” y ya se sabe: a rio revuelto ganancia de pescadores.
Es posible que, al contrario que en la TV, la Justicia no condene, pero esta vez los ciudadanos van a tener la última palabra en próximas elecciones, si vuelven a perdonar se harán cómplices de las prácticas hoy conocidas y merecedores ser gobernados por los que son de ellas beneficiarios.