domingo, 30 de octubre de 2011

FRATERNIDAD, CAJAS, GENTES... - A. CAMPOS ROMAY

La Fraternidad, enseñada como principio filosófico en las escuelas de los estoicos de Grecia y Roma, cundió en hermandades y cofradías que hicieron suyo el término. Es un valor genuinamente republicano. Forma parte de la trilogía Libertad, Igualdad, Fraternidad, legada  a la humanidad por la Revolución Francesa, el Enciclopedismo y el Librepensamiento. Puede ser entendida como un vínculo cuasi familiar, pero por su dimensión es valor que en abrazo cálido envuelve  a todos los miembros del género humano.

Es árbol frondoso cuyos frutos son la paz, la solidaridad, la amistad, y que florece en una equidad que reclama un reparto ecuánime de recursos y riquezas al servicio del género humano. Convierte a los ciudadanos en amigos y a los amigos en hermanos. Es un principio motriz que invita a restablecer la justicia cada vez que el interés general se ve atacado por el particular y mecanismo necesario para enfrentar la codicia de los defensores de lo inicuo. Es comprensión, diálogo y entendimiento. Una sociedad consciente, que aspire a ser sostenible, ha de ser fraterna. Hallamos su huella en la honradez, en la mirada de los humildes, en la razón de los justos, en la convicción de los generosos de espíritu, y en el vínculo  desinteresado de la amistad.

Es un valor que difícilmente veremos en esos “ejecutivos” que con avidez e impunidad acarrean por decenas millones euros, miles de millones de pesetas. Expoliando en ello un caudal producto del sacrificado ahorro de impositores. De la angustia de empresarios desesperados que afrontan penosamente prestamos a intereses desproporcionados, rayanos en la usura, especialmente cuando se produce un descubierto en cuenta. De emprendedores ahogados en sus ilusiones. De particulares sometidos a la espada de Damocles de ser arrojados de una  vivienda consumida por una hipoteca que como el virus de la inmunodeficiencia los acosara toda una vida.  Del FROB, ese paradójico invento que con dinero público socorre selectivo un sector, el financiero, con menoscabo de otros que estarían encantados de tan amoroso gesto. Se contribuye con ello a encubrir inmoralidad, corrupción e ineptitud gestora. Pero no se acota la voracidad y el latrocinio en forma de impúdicos salarios blindados e inmorales jubilaciones. El dinero público se queda remansado en menesteres privativos sin capitalizar el sistema crediticio y productivo e incentivar el consumo. En paralelo es conocido que más de mil millones de euros, 160.000 millones de pesetas se han aplicado en préstamos a interés ridículo a “directivos y consejeros”. Una escalofriante cantidad que por vía de ejemplo, podría dotar a unas 10.000 familias de  viviendas modestas.

Entidades con quimérica vitola social, en las antípodas de la filosofía franciscana que las inspiró en la Italia del siglo XV. Que ven su volumen de negocio y solvencia caer en picado mientras los ingresos de las “elites” que las “administran” crecen de forma inverosímil en un país que se ahoga a fuer de apretarse el cinturón.  Gentuza sin el menor asomo de decoro. Que ignoran que lo que las leyes  no prohíben, puede prohibirlo la honestidad. Comportamientos que pasado un tiempo, nos seguirá asombrando su recuerdo. Tanto como que ante tal estado de cosas, una minima honestidad  merezca ser  calificada casi ejemplar.

Tiempos de gentes con síndrome de Diógenes frente al dinero. Siniestra cleptocracia  a la que habría que recordarle la reflexión de Francis Bacon hace cuatro siglos, “el dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparza”. Prosperan sujetos como el encargado de vigilar el interés común en una parcela tan delicada como el manejo del ahorro y el crédito desde el Banco de España. O los políticos que “representan” a la sociedad en estas instituciones desde todo el abanico de opciones. Los y las presidentas  que en cada autonomía ignoran sus obligaciones. Cómplices por acción u omisión en amparar la impunidad del fuerte pisoteando con discursos farisaicos y su catalogo de recortes a los más débiles. Los mismos que sin el menor recato, con rostro de cemento, se subirán a un atril para volver a pedir el voto mientras mangonean los núcleos de poder de los partidos políticos desde ese centralismo democrático escandaloso que ampara el sistema electoral.

¿Y la fraternidad? La contestación de tales sujetos seria del mismo tenor que la que  sobre la libertad le dio Lenin en 1920 a D. Fernando de los Ríos, en su viaje a la URSS al frente de una representación socialista previendo la posibilidad de afiliarse a la Internacional Comunista: Fraternidad… ¿para qué?

MIS IDEAS Y MIS OPINIONES - ALBERT EINSTEIN

Albert Einstein
Marzo de 1933.- “Mientras se me permita elegir, sólo viviré en un país en el que haya libertades políticas, tolerancia e igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. La libertad política implica la libertad de expresar las propias opiniones políticas verbalmente y por escrito; la tolerancia implica el respeto por todas y cada una de las creencias individuales.

Todo organismo social puede desequilibrarse psicológicamente, tal como ocurre con los individuos, en especial en tiempos difíciles. Las naciones, por lo común, sobreviven a esas enfermedades. Tengo la esperanza de que bien pronto la normalidad vuelva a imponerse y de que en el futuro sus grandes hombres, como Kant y Goethe, no sean recordados de cuando en cuando, sino que los principios que ellos defendieron y enseñaron se tomen en cuenta en la vida pública y penetren en la conciencia general.”

viernes, 28 de octubre de 2011

CHEGOU DAS AMÉRICAS - ALFONSO R. CASTELAO

Alfonso R. Catelao
Chegou das Américas un home rico e trouxo consigo un negriño cubano, coma quen trai unha mona, un papagaio, un fonógrafo... O negriño foi medrando na aldea, onde deprendeu a falar con enxebreza, a puntear muiñeiras, a botar aturuxos abrouxadores.

Un día morreu o home rico e Panchito trocou de amo para gana-lo pan. Co tempo fíxose mozo comprido, sen máis chatas que a súa coor... Aínda que era negro como o pote, tiña gracia dabondo para facerse querer de todos. Endomingado, con un caravel enriba da orella e unha ponla de malva na chaqueta, parecía un mozo das festas.

Unha noite de estrelas xurdeu no seu maxín a idea de saír polo mundo á cata de riquezas. Tamén Panchito sinteu, como tódolos mozos da aldea, os anceios de emigrar. E unha mañán de moita tristura gabeou polas escaleiras dun trasatlántico.

Panchito ía camiño da Habana e os seus ollos mollados e brilantes esculcaban no mar as terras deixadas pola popa.

Nunha rúa da Habana o negro Panchito tropezou cun home da súa aldea e confesoulle saloucando:

—Ai, eu non me afago nesta terra de tanto sol; eu non me afago con esta xente. ¡Eu morro!

Panchito retornou á aldea. Chegou probe i endeble; pero trouxo moita fartura no corazón. Tamén trouxo un sombreiro de palla e mais un traxe branco...

miércoles, 26 de octubre de 2011

LEGITIMIDAD POLÍTICA EUROPEA I - E. KOSTKA FERNÁNDEZ


Leonard Binder
Los esfuerzos por dotar de mayor legitimidad democrática a las instituciones y a los procesos políticos europeos han sido hasta la fecha a todas luces insuficientes. Todo indica que la Unión Europea, usando términos jurídicos, realiza todos los “elementos del tipo” crisis de legitimidad política.

Hay una crisis de legitimidad de origen, al no existir un verdadero proceso constituyente soberano que cree un entramado constitucional que funde un verdadero Estado.

Hay una vulneración flagrante de la soberanía que reside en cada ciudadano europeo, quienes son despojados de ella al trasladarse supuestamente a las instituciones europeas, a través de los estados miembros.

Hay una indefinición en cuanto al modelo de sistema político que se quiere construir. Desde la Ciencia Política la Unión Europea es una unión de estados regulados por tratados internacionales, que carecen de constitución común, configurando un modelo político que se acerca al confederalismo sin serlo.

Hay una falta de democracia en los procesos de construcción europea y en la designación de cargos políticos. Los cargos europeos de mayor relevancia no son elegidos por los ciudadanos.

Si seguimos el modelo teórico del politólogo estadounidense Leonard Binder podemos identificar en la Unión Europea hasta cinco tipos de crisis de legitimidad. Existe una crisis de identidad porque los ciudadanos europeos no parecen relacionarse subjetiva y objetivamente con su sistema político. Existe una crisis de legitimidad por la naturaleza de los cambios en la autoridad política. Existe una crisis de participación derivada del escaso interés y participación en los procesos electorales y en otras formas de participación política. Existe una crisis de penetración porque no sólo resulta evidente la expansión del dominio privado en el sistema político, sino que la propia Unión Europea nace como una entidad económica antes que política. Y el quinto aspecto que menciona Binder, se refiere a la crisis de distribución que también parece obvio que existe, puesto que cada vez los estados tienen más dificultades para hacer frente a las crecientes expectativas sociales.

Por último, no podemos dejar de mencionar el importante papel que juega en la crisis de legitimidad que percibimos, el complejo y asimétrico entramado institucional y burocrático, fundamentada en los déficits de transparencia, cercanía, eficacia, eficiencia, responsabilidad, moralidad y democracia.

lunes, 24 de octubre de 2011

VENCER AL MIEDO - ANTONIO CAMPOS ROMAY

Noam Chomsky
En una democracia la corrupción mayor, incluso superior a la que se escenifica en el hecho de que un elegido para administrar los bienes públicos actúe sin decoro, es insuflar el miedo al presente y el temor al futuro. Algo de efecto tan dramático y sibilino que corrompe esencialmente valores y convicciones, doblega comportamientos y conduce a situaciones propicias para aquellos con capacidad de atemorizar y manipular el miedo.

Un miedo que se está viviendo esencialmente en el plano de la estabilidad y la economía. Que hoy es un arma letal para la ciudadanía. Para sus derechos y sus conquistas. Un miedo que es un dúctil mecanismo en manos de esos siniestros agoreros que enmascarados de mercados, inversionistas, agencias de calificación, organismos financieros internacionales, los nebulosos señores del dinero escondidos emboscados en el velo del anonimato y la impunidad, usan su cohorte de lacayos lustrosos y encopetados. Los mismos que se van saqueando las arcas de sus entidades socapa de jubilaciones de oro, contratos blindados y demás sinvergonzonerías al uso.

Amedrentan gobiernos, naciones y formaciones políticas y sindicales utilizando una generación de dirigentes más acomodadizos al temor que a la gallardía o la coherencia. Al tiempo se orquesta una estruendosa cencerrada mediática de sayones que aplauden sus impudicias, y  que entona con sinfonía de coros celestiales la  regla de oro, la ley básica del capitalismo más salvaje, es tú o yo, no tú y yo.

Noam Chomsky, filosofo y activista norteamericano  considerado por el New York Times como "el más importante de los pensadores contemporáneos" reflexiona en su libro “El miedo a la democracia”, como la oligarquía norteamericana lucha  siempre por establecer una forma de democracia en la que no haya lugar para el pueblo de forma que los “patricios” puedan defender sus intereses sin obstáculos. Partiendo de ahí establece Chomski la indisimulable simpatía de ciertos presidentes y políticos de su país por regimenes como los de Mussolini, Hitler, Franco y sátrapas diversos en países árabes, centro y sudamericanos, o africanos. Y con que desenvoltura esgrimiendo la vitola de “defender la democracia” vierten al servicio de intereses espurios sangre norteamericana en diversos lugares  en actos ajenos al mensaje.

El temor al presente y al futuro es algo que debe ser desterrado del imaginario colectivo, especialmente cuando se pretende de forma brutal enfrentar a la sociedad ante una bifurcación dramática, donde un camino lleva a aceptar como norma la desesperanza absoluta y la renuncia constante de derechos y el otro a la  extinción definitiva de un modelo solidario y humanístico. En este proceso no es ajeno el riesgo que se corresponde con que las masas humanas mas peligrosas son aquellas en cuyas mentes se ha inoculado el miedo y con el se las acorrala.

Si recordamos a Platón, podríamos evocar, “A vosotros políticos os hemos formado en interés del Estado tanto como en el propio vuestro, para que seáis en nuestra República nuestros jefes y vuestros reyes. A renglón seguido recuerda “El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de ciudadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos. Y la felicidad común jamás se labra desde el dogal del temor y sin solidaridad.