Miguel Martínez Losada |
De modo que hace un par de décadas se asentó la idea de que las cosas siempre, indefectiblemente, tendían a mejorar como una ley física indiscutible, como una especie de aumento de la entropía de la calidad de vida del mundo, solo excepciones que habría que ir mejorando como el pequeño detalle del continente africano.
Es en el siglo XXI , una vez superada la mediática amenaza del efecto 2KY del cambio de milenio, cuando sin la alternativa del socialismo real del otro lado del muro pero con el rompecabezas del capitalismo de la Republica Popular China, los poderes de los mercados, o lo que en otro siglos se llamaba “El Capitalismo”, dan por terminadas sus autocontenciones y a caballo de la globalización decretan la victoria final del liberalismo en su forma radical del neoliberalismo. Todo vale para acumular capital, depredando y sangrando a los ciudadanos y a los Propios estados “hasta el infinito y mas allá” ya que nadie tiene capacidad de oponerse. En definitiva, piensan, esto de la democracia es lo mismo que el liberalismo; incluso se puede nombrar para dirigir los díscolos países del norte del mediterráneo a aplicados empleados de corporaciones financieras, es decir poner al zorro a cuidar las gallinas.
Pero resulta que este “Mundo Feliz” con reality-shows, sin clases medias y mucho fantasma de globalización, incluso en la producción de alimentos, empieza a tener crecientes anomalías.
Si llevamos la democracia a los países musulmanes a golpe de angelicales revoluciones con algún oportuno bombardeo, se decía, el “Mundo Feliz” llegará a países con importantes materias primas.
Pero resulta que no es así; la decisiva influencia religiosa en estos países no traerá ni liberalismo ni democracia al mundo islámico. Aunque realmente la democracia es un término, con infinitas variantes, dúctil y maleable que se aplica para cosas diferentes; solo hay que añadirle un adjetivo
En nuestra vieja Europa, cuando parecía que la socialdemocracia europea era historia, resulta que Hollande - SPD pueden ser la clave del futuro de la UE. Veremos si van de socialliberales (gestores algo moderadores de los excesos de los poderes financieros) o se atreven a regular (un poco) el mercado y/o democratizar (bastante) la propia UE. Si eso no funciona se me ocurren otros caminos de los que no voy a hablar hoy.
En el mundo islámico, en Europa y por supuesto en Sudamérica el siglo XXI está en marcha. ¿Qué caminos seguirá?
Pero el mundo es muy grande y también el siglo XXI está en marcha y probablemente sucedan episodios importantes en el, lejos de nuestro horizonte. Parece que hay una espera hasta las elecciones de noviembre en USA, después de las cuales la guerra puede tener una nueva oportunidad; Irán y el Golfo pérsico, Pakistán, Corea del Norte y sus misiles, Corea del Sur y sus empresas y por supuesto no tendría lógica histórica que la carrera armamentistica china no traiga consecuencias. Siempre que un Estado invierte mucho en algo se supone que es para usar ese algo.
A lo largo de los años el mundo se mueve, antes nos creíamos que siempre se iba a mejor; ahora ya sabemos que también se puede ir a peor o a mucho peor.