Las enfermedades profesionales derivadas del trabajo están subdeclaradas en nuestro país por diversas causas, absorbiendolas el Sistema Nacional de Salud como enfermedades comunes. Esta disfunción, que también ocurre en muchos países grandes de la UE, es obviamente indeseable aunque no fácil de resolver.
Recientemente tuve ocasión de conocer el espléndido trabajo, digno de ser imitado, que está realizando desde hace años el Servicio de Salud de una Comunidad autónoma para conseguir aflorar las enfermedades profesionales como tales. Pues resulta que se trata de una Comunidad Autónoma de la que lo primero que se nos viene a la mente es una popular trama de regalos de trajes.
Parece bastante descorazonador que el trabajo de buenos profesionales sea, de alguna forma ocultado por desalentadoras y permanentes noticias sobre tramas, detenciones, prevaricaciones e imputaciones; todo ello, por supuesto, mas o menos presunto.
Recientemente se publicaba en El País un decálogo por la transparencia y la integridad, presentado con prestigiosas firmas, por "Transparencia Internacional España", en el cual se recoge un conjunto de diez principios y medidas que se consideran necesarias para que llegue a evidenciarse el nivel de transparencia e integridad en las instituciones públicas y en sus cargos de gobierno que demanda la sociedad española, en el que se relacionaban una serie de medidas destinadas a los políticos y a la administración.
Por otra parte, el rey Juan Carlos ha pedido a los Estados, en la XXI Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno una "adecuada gestión de lo público" con una administración "transparente y eficaz" que, a su entender, servirá para responder a los desafíos de los próximos años.
Todos estamos, por supuesto, de acuerdo en la necesidad de transparencia y honestidad de los poderes públicos, transparencia en los procedimientos, transparencia en los patrimonios personales y transparencia en las decisiones públicas. Por cierto que incluyendo a la Casa Real y al Banco de España.
En otro ámbito de decisiones, en los últimos años venimos viviendo, bastante atónitos, a noticias y situaciones sorprendentes y escandalosas relativas al mundo financiero. El crack de las Cajas de ahorro, su sumisión demostrada al pelotazo inmobiliario, sus bajísimas valoraciones , sus escandalosas “indemnizaciones”, son un claro ejemplo del que puede que no estén lejos otras instituciones y agencias financieras. Todas ellas ejemplo de opacidad y falta de transparencia en sus organizaciones, en sus procesos y por supuesto en las “retribuciones” de su personal directivo.
Están pendientes muchas preguntas a las que los que al final vamos a pagar tendríamos derecho a tener respuestas : ¿No se puede saber lo que cobran los directivos del Banco de España y cuales son sus bienes?, ¿Han sido vendidos ya los inmuebles de la Cajas de ahorros?, ¿por qué no se hacen públicas las valoraciones detalladas de la Cajas?
Es muy importante la transparencia y la integridad en las instituciones públicas y en sus cargos de gobierno pero también la transparencia en los procelosos mundos de los poderes económicos que influyen más, para mal, en la vida de los ciudadanos que los propios gobiernos. Aunque yo me conformaría que si no transparentes por lo menos no fuesen tan opacos.
En otro ámbito de decisiones, en los últimos años venimos viviendo, bastante atónitos, a noticias y situaciones sorprendentes y escandalosas relativas al mundo financiero. El crack de las Cajas de ahorro, su sumisión demostrada al pelotazo inmobiliario, sus bajísimas valoraciones , sus escandalosas “indemnizaciones”, son un claro ejemplo del que puede que no estén lejos otras instituciones y agencias financieras. Todas ellas ejemplo de opacidad y falta de transparencia en sus organizaciones, en sus procesos y por supuesto en las “retribuciones” de su personal directivo.
Están pendientes muchas preguntas a las que los que al final vamos a pagar tendríamos derecho a tener respuestas : ¿No se puede saber lo que cobran los directivos del Banco de España y cuales son sus bienes?, ¿Han sido vendidos ya los inmuebles de la Cajas de ahorros?, ¿por qué no se hacen públicas las valoraciones detalladas de la Cajas?
Es muy importante la transparencia y la integridad en las instituciones públicas y en sus cargos de gobierno pero también la transparencia en los procelosos mundos de los poderes económicos que influyen más, para mal, en la vida de los ciudadanos que los propios gobiernos. Aunque yo me conformaría que si no transparentes por lo menos no fuesen tan opacos.