viernes, 4 de octubre de 2013

Los ciudadanos, la política y los políticos - Isidoro Gracia

Isidoro Gracia
El alejamiento ciudadano de los políticos solo se corregirá cuando el Parlamento gane centralidad y el motor de la política sean ideas, en vez de la administración del sistema cada vez más injusto.

En una sesión de trabajo de la Asociación de ex parlamentarios de Cortes Generales, llevada a cabo en el Parlamento Gallego, hemos avanzado en un trabajo de realización de propuestas sobre cómo afrontar la situación de la política española, en temas tales como  lograr una mayor cercanía entre los ciudadanos y sus representantes políticos y superar la grave sensación de distanciamiento que hoy con frecuencia nos acompaña. Las posibles respuestas se resumen en una: los diputados y senadores deben estar en condiciones de  servir a sus representados, incluso evitando o ignorando, en situaciones concretas que choquen con la propia conciencia,  los condicionantes impuestos por las cúpulas de sus partidos.
Hay que decir que algunas propuestas son de gran alcance, como se verá más adelante, pero que la mayor importancia del tema viene en que en el texto nos estamos poniendo de acuerdo ex parlamentarios del PP y del PSOE pero también de IU, del PNV y de CIU.


Algún ejemplo. El parlamentario deberá gozar de un mayor protagonismo en la vida parlamentaria teniendo posibilidad de enmiendas y intervenciones personales (ahora todo pasa por el Grupo Parlamentario), hay que plantearse la posibilidad de elección más directa del parlamentario, mediante el desbloqueo de las listas (hoy cerradas y bloqueadas), para que tanto en la elección como en su trabajo posterior los ciudadanos puedan pronunciarse sobre la persona, y no solo sobre las siglas. La obligatoriedad de aceptación a trámite de las Iniciativas legislativas Populares, en las enmiendas y votaciones posteriores cada partido y cada diputado se retratarán. El Poder legislativo, hoy  mera correa de transmisión del gobierno de turno, adquiriría centralidad y peso.


Incluso hay acercamiento en posibles reformas de la Constitución, que permitieran que pudiéramos seguir conviviendo desde centralistas jacobinos, hasta las opciones soberanistas o independentistas, con la única condición que unos y otros no confronten con la legalidad constitucional.


¿Cuántos discursos de los actuales dirigentes tienen contenidos ideológicos, más allá del análisis de hechos concretos, o de meras referencias personales?, respuesta: pocos, y casi todos de los extremos más intransigentes. Por eso la convivencia pacífica es cada vez difícil, por eso los extremos avanzan y las ideas más próximas al ciudadano de a píe pierden terreno, a una idea se le puede enfrentar otra idea y vencerla, nunca la vencerán los discurso administrativos.

Por si pudiera servir de orientación, una idea que triunfó, de Mao hacia los dirigentes de su partido: Debemos ser modestos y prudentes, prevenirnos contra el engreimiento y la soberbia, apoyarse en las masas populares y servir de todo corazón al pueblo (en su caso al chino). Muchos de sus métodos son rechazables, pero es difícil discutir que nos iría mejor si nuestros políticos asumieran alguna de las ideas que predicó.