miércoles, 25 de septiembre de 2013

Mariano Rajoy y su legado - Antonio Campos Romay

Antonio Campos Romay
Mariano Rajoy va camino de hacer suyo con todo derecho el epitafio que los indignados romanos escribieron  sobre la tumba del denostado papa Urbano VIII de la poderosa familia de los Barberini, cuyo emblema heráldico era una abeja: “engordó a las abejas y despellejó al rebaño”.

 El papa Urbano VIII se distinguió por sus actos de nepotismo, corrupción, persecución de disidentes, imposición indiscriminada de impuestos, abandono de cualquier preocupación espiritual en aras de lo temporal y persecución del poder político totalitario por cualquier medio. Tal comportamiento motivó la respuesta de los moradores de los estados papales: “quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini”, esto es, lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini. En clave actual podría decirse, “lo que no hizo la troika, lo esta haciendo Rajoy”.

 Cada día que pasa se acumulan sobre las espaldas mas desfavorecidas las repercusiones de una política diseñada al servicio de  minorías económicas y financieras. No pocos de nuestros socios comunitarios observan atónitos el servilismo acrítico del gobierno español ante las directrices que la señora Merkell emite en orden a sus intereses. Su incredulidad seguramente sube de tono al ver el fasto asiático de una  representación, curiosa por lo variopinta,  mendigando la hipotética panacea de unos juegos olímpicos para una ciudad en bancarrota (más de 7.000 millones de deuda). Es la postulación de un país con más de 6 millones de parados. Con millares de familias desahuciadas o cruzando fatídicamente el umbral de la pobreza. Con miles de niños pasando hambre y el sector bancario intervenido. Donde la cacareada “mejor generación de estudiantes” solo tiene como recurso el exilio laboral en aras de alcanzar posibilidades que aquí ni están ni se las espera.

 El aval de credibilidad ante los llamados a decidir sobre los juegos lo aportaba en función de su cargo, persona tan veraz como el presidente del gobierno. Contratada en los años que manifestó día si y otro también, que, “Lo que no llevo en el programa no lo hago”. “Subir impuestos significa más paro y mas recesión”.  “Nunca se ha salido de una crisis subiendo impuestos”. “Subir impuestos es apuñalar por la espalda a la clase media”.”No daremos un euro a la banca y jamás crearemos un banco malo”. “Meteré la tijera en todo menos en las pensiones, la educación y la sanidad”. “Yo no autorizaré el copago”. “Nunca abarataré el despido”. “Cerraré la mitad de las empresas públicas”…Rosario de afirmaciones engalanadas por vía de ejemplo, por su desleal comportamiento como líder de la Oposición en momentos álgidos en que España se jugaba ser intervenida o  en política antiterrorista. Las mentiras en el caso Barcenas aun no han tenido su epilogo.

 Salvo sólida argumentación contraria, el Sr. Rajoy, presidente del Gobierno de España  figura ser un mentiroso compulsivo. Que miente tanto a los españoles durante la campaña electoral como al Parlamento. Que incumple de la A a la Z su pacto con los electores. Forma con pleno derecho parte del decorado de la gran estafa que sufre España bajo el nombre de crisis. Por un lado estafando la confianza del electorado, y de otro, estando presente en la estafa financiera con doble ramificación. La que afecta a su organización política  cuya dirección ostenta, y que las investigaciones practicadas apuntan se ha financiado de forma irregular mientras por sus venas corría el dinero negro, y la otra de ámbito general, donde autorizó el uso del dinero del común para salvar el pellejo de un poderoso sector privado, que pese a sus garantías,-las de D. Mariano- no devolverá al erario publico,- a los ciudadanos- .el dinero con el que tapó sus miserias y mantiene  sus pingues negocios.

 Las trompetas de Jericó sopladas en La Moncloa anuncian el derrumbamiento de la crisis y almendros floridos en la economía. Pero el país real se hunde melancólico en el desplome del consumo de aquellos que han sido devaluados sin piedad y que  cada día que pasa los meses se les hacen más largos. Los escaparates en lugar de existencias muestran carteles de venta, traspaso o cierre. Innumerables industrias agonizan mientras bloques enteros de viviendas se yerguen huérfanos o inconclusos. La batalla de las ideas pierde argumentos en una sociedad intimidada tras el interminable bombardeo de ablandamiento que alfombra la contrarreforma social y laboral que inunda de tinieblas el futuro. Berlín y su Reich todopoderoso monopolizan el trazo de la historia en una Europa que se deshilacha.  

 Las predicciones son complicadas y anticipar el futuro y su evolución es expuesto cuando no absurdo. Lo único funestamente seguro es que una legión inmensa de ciudadanas y ciudadanos sentirán el legado del Sr. Rajoy como una losa brutal sobre si…El Sr. Guerra decía en 1982 que tras el triunfo del PSOE a España “no la iba a reconocer ni la madre que la parió”. Tras el triunfo del Sr. Rajoy, y con la mayor cuota de poder habida en democracia en sus manos, (administración central, autonómica y local), el Estado de Bienestar, los derechos sociales, laborales y civiles, reducidos a ceniza, pulverizados sistemáticamente serán una mera curiosidad histórica.