Isidoro Gracia |
Del proceso de Primarias de USA, consciente que el resultado nos afecta, he salido con sentimientos e intuiciones confusos: cierta envidia del ejercicio de democracia realizado, asombro por las actitudes de aceptación por parte de un buen número de nuestros dirigentes próximos, incluso con júbilo, de unos resultados en los que Europa, España y Galicia no son referencia, al parecer ni siquiera son entidades geográficas reconocidas por los candidatos, y ante todo temor por lo que nos va a impactar. Para ver que nos impacta basta recordar la foto de las Azores y el precio del petróleo derivado de esa foto y que del que actualmente “disfrutamos”.
No entiendo la aceptación e incluso entusiasmo mostrado en público por dirigentes españoles, políticos, económicos y sobre todo mediáticos, ya que salvo que estén muy bien informados y no comuniquen sus datos, las sombras que desde estos lares se vislumbran superan en mucho las luces.
Y siento temor porque los pocos datos y hechos que nos han llegado no invitan a la confianza. Una persona que a las primeras dificultades surgidas abandona iglesia y predicador, no parece tener unos referentes morales y éticos suficientemente firmes. La misma persona para cubrir la crítica a una cierta indefinición en sus posiciones, respecto a Oriente Medio, reacciona apoyando posiciones mas radicales del lobby pro-israelí, llegando incluso más lejos que los gobiernos de Israel, en posiciones inaceptables por la parte de Palestina, lo que indica desconocimiento del papel de USA y la UE en ese conflicto. Un desconocimiento peligroso, en especial si se suma a las amenazas de una intervención militar en Irán, en términos muy similares a los del actual presidente, del que todos somos conscientes cual han sido las consecuencias de sus decisiones en la deseada paz de la zona.
Cierto es que es muy difícil hacerlo peor que su predecesor en economía, pero lo cierto es que aquí no conocemos mucho de su programa económico, si juzgamos por lo que dice en los medios de comunicación parece que sus electores tampoco saben demasiado.
De lo poco que estamos seguros, porque todas las fuentes de información así lo indican es que su estilo es “mesiánico”, lo que, al menos para mí, resulta casi aterrador habida cuenta de los precedentes y las posiciones, también mesiánicas, de algunos de los actuales dirigentes con los que va a tener que tratar.
A ver si aprendemos a pensar por nosotros mismos y a hacer menos caso a la mercancía política que nos venden, los que dicen defender una libertad de expresión y de mercado, de la que solo disfrutan los poderosos.