Una lucha eficaz contra la crisis bancaria y del mercado financiero.
Por culpa de los errores de la política conservadora en Europa se apoyó a los bancos en vez de ayudar a la gente en los países afectados por la crisis como Grecia, Irlanda, Portugal y España. La falta de decisión de la coalición negro-amarillo (demócratas cristianos - liberales) en Berlín obligó al Banco Central Europeo a comprar bonos de deuda pública por un valor de más de 220.000 millones de euros y a regalarle a los bancos más de un billón de euros al 1 por ciento de interés, con lo cual a su vez ellos compran bonos del Estado con intereses considerablemente más altos. Los bancos son rescatados a costa de los Estados y de los contribuyentes sin que se haya adoptado una regulación efectiva ni se hayan tomado medidas para evitar futuras crisis. Hay que poner fin a esto. Necesitamos:
La introducción de una tasa europea para las transacciones financieras con el fin de contener la especulación y para impulsar el crecimiento europeo con la recaudación generada, que la misma Comisión Europea estima en 57.000 millones de euros en Europa.
Responsabilidad de los bancos: el rescate de los bancos infracapitalizados a través de garantías del Estado debe terminar. Los bancos que corren altos riesgos deben responder por ello y eventualmente ir a la quiebra. Es inaceptable que el Estado pague los platos rotos y responda por la ruleta financiera. Exigimos una separación de bancos comerciales y bancos de inversión
Una supervisión bancaria a nivel europeo para asegurar que los bancos estén al servicio de la economía real.
Una regulación efectiva de la banca en la sombra.
Una agencia europea de calificación que evalúe la solvencia de los países, como contrapeso a las agencias privadas de calificación, que con sus evaluaciones sentencian el futuro de los Estados.
Rápida implementación de un programa europeo de crecimiento y empleo En lugar de apostar todo a las cartas de la desregularización y del desmontaje social, el programa europeo de crecimiento y empleo debe orientarse hacia la innovación, la renovación ecológica y las inversiones en la economía real, especialmente en los países del sur de Europa que más afectados se han visto por la crisis. Las siguientes áreas son fundamentales:
Crecimiento y empleo a través de la promoción de la innovación tecnológica y del aumento de las inversiones públicas y privadas en los sectores de educación, investigación y desarrollo.
Crecimiento y empleo a través de una política industrial ecológica que promueva las energías renovables, la creación de redes modernas de energía, el aumento de la eficiencia energética y los procesos de producción de energía más locales, tales como el potencial de energía solar en el sur de Europa.
Crecimiento y empleo a través de la expansión de redes de infraestructura modernas transeuropeas, sobre todo en las áreas de energía, transporte y tecnologías de la información. Algunos ejemplos concretos son el desarrollo de energías renovables en el sur de Europa, que incluye las líneas de corriente continua necesarias para transportar la electricidad hacia Europa central y del norte; la creación de una "red del Mar del Norte“, es decir conexiones entre los parques eólicos; modernización de los sistemas portuarios de numerosos puntos europeos detráfico marítimo; introducción y expansión de programas para una rehabilitación del parque inmobiliario que sea eficiente energéticamente.