jueves, 26 de abril de 2012

La Economía mundial en riesgo - Editorial New York Times

La preocupación por la situación de Europa ha dominado las  reuniones de esta semana en Washington del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Los funcionarios del FMI han advertido que la crisis de la zona euro supone un grave peligro para una economía global débil. Los líderes europeos, maestros de denegación, todavía continúan insistiendo en la práctica de una  austeridad destructiva.

El peligro fue subrayado por el último índice de la recuperación económica mundial que publica la Institución Brookings-Financial Times. Este índice, que mide la actividad económica y financiera, así como la confianza, muestra que la economía mundial se ha deteriorado desde el pasado otoño.

Europa está siendo  duramente golpeada por la insistencia de sus líderes en aplicar drásticamente la austeridad para todos. A los EEUU le está yendo mejor, aunque todavía es vulnerable a los precios del petróleo o a la  profunda recesión en Europa. El crecimiento se desaceleró en China y en las principales economías emergentes en gran parte debido a la falta de recuperación sólida en otros lugares.

Quizás aún es más significativo, el que el  índice global habría caído aún más, pese a los repuntes  en las condiciones financieras y la confianza después de que el Banco Central Europeo, inyectase liquidez  en los bancos de la zona euro. Pero los inversores ya han descubierto que las intervenciones son demasiado pequeñas, especialmente cuando se combinan con las políticas que solo contribuyen a paralizar el crecimiento. De forma especial esta conducta se ha vuelto más recientemente contra España.

En las reuniones de esta semana, varios miembros del Grupo de los 20 países se comprometieron con la aportación de $ 430 mil millones para casi duplicar la capacidad del FMI para otorgar préstamos. Eso podría reforzar el fondo de rescate europeo, pero no alcanzaría para  todos, porque no todo seria para Europa. Y cifras más importantes  serían necesarias, si las grandes economías europeas, como España, tienen que ser rescatadas.

Al mismo tiempo, la canciller alemana Angela Merkel y otros políticos europeos continúan resistiéndose a los consejos de los funcionarios del  FMI, incluyendo la propuesta sensata dirigida a los miembros de la zona euro de emitir bonos respaldados por todos la UE. Eso facilitaría préstamos para España y otros países. Pero la Sra. Merkel y sus votantes siguen insistiendo impertérritos en que sus vecinos deben pagar por sus pecados con los recortes presupuestarios más profundos y dolorosos.

No importa que España se encuentre en problemas mas causa de la explosión de una burbuja inmobiliaria española que por los excesos de gastos gubernamentales. Y no importa que la austeridad feroz en Grecia, sin duda excesiva, esté fracasando. La tozudez en utilizar la solución única de los recortes presupuestarios para encarar la recesión solo distorsiona el crecimiento y con ello el ingreso de impuestos aumentando las cargas de la deuda.

El cambio de mentalidad no  será fácil. Según informaron  en  The New York Times Annie Lowrey y Jack Ewing esta semana durante  las reuniones en las que se produjeron  llamadas a moderar su postura de austeridad, los funcionarios alemanes respondieron que Washington y otros países  estaban haciendo progresos insuficientes en la reforma financiera. Eso es cierto, pero no es totalmente exacto.


El camino a seguir en Europa y los Estados Unidos es similar: a corto plazo los esfuerzos deben estar encaminados a aliviar las crisis y estimular la demanda, junto con planes serios para mejorar los presupuestos nacionales, pues solo así es como la economía se recupera. Hasta que los dirigentes de Europa armonicen la situación y la muestren al exterior, la economía global estará en riesgo.


Editorial Publicado en el New York Times el 20 de abril 2012