Franceses, griegos y egipcios han votado y los resultados de esos votos son importantes para nosotros, porque impactan directamente en nuestros intereses, de forma inmediata sobre la economía, y a medio plazo en el devenir político de Europa y por tanto en el de España. Los medios de comunicación se están apresurando en un intento de que sus análisis empujen para que las decisiones de los recién elegidos vayan en la dirección que interesa, a los propietarios de los medios claro, lo que interesa a los emisores del voto parece menos importante a la vista de los analistas.
Empecemos por Grecia, ¿porqué el Pasok tiene que sumarse a un gobierno pilotado por los conservadores?, el que toda la prensa occidental apueste por esa solución, no significa que esa sea la correcta interpretación de lo que los griegos han votado. Cierto es que a la mayoría de gobiernos conservadores eso es lo que les parecería bien, basta ver las ofrendas de mejora del nivel de presión emitidas por gobernantes alemanes, pero eso no significa que el imprescindible cambio de rumbo desde las políticas de recorte y ajuste, a otras de desarrollo y crecimiento equilibrado, se comience a aceptar como la solución, que entre otras cosas evitaría que el caldo de cultivo para la violencia neo-nazi y neofascista siga creciendo por toda Europa. Según mi opinión lo más lógico sería un acercamiento del Pasok y Syriza, cuyo poco publicado programa, no es tan radical como intentan vendernos y es perfectamente asumible desde una perspectiva socialdemócrata clásica. Gobierno conservador en minoría con apoyos parlamentarios de la izquierda sería una solución que matizaría y suavizaría los recortes y facilitaría que la inevitable negociación con el resto de la UE fuera flexible, en interés de griegos y resto de ciudadanos europeos.
En Francia, un programa no excesivamente alejado de lo que se conoce del de Syriza (reforma fiscal con mayor carga a las mayores rentas, prohibición de las relaciones con paraísos fiscales, renegociación de la política de recortes, del papel del BCE y del resto de organismos europeos, mayor control público de la banca, etc.) ha llevado a una mayoría absoluta del PSF. Según he avanzado en el conocimiento de Francia como nación, he ido avanzando en el reconocimiento de que es un país vertebrado, que se toma muy en serio el papel del ciudadano y de su situación en Europa, el resultado puede interpretarse como una fuerte apuesta para el cambio de rumbo de la política europea, antes de que sea tarde para evitar el fracaso de un proyecto en el que Francia ha sido motor principal.
Respecto a Egipto, mi análisis me lleva a concluir que, después del último golpe de estado militar, los dos procesos electorales, el de presidente y el anterior del ya disuelto parlamento, no han servido más que para comprobar que los ”expertos” occidentales no entienden casi nada de lo que piensan los sufridos habitantes, que aún no ciudadanos, del mediterráneo oriental. Yo creo que la historia de todas las revoluciones ha demostrado que décadas de gobierno autoritario necesitan de lustros de evolución de sus nuevas instituciones. Egipto, Túnez y Libia no tienen unas condiciones sociológicas como las que permitieron a España la transición a la democracia con pocos traumas.