Isidoro Gracia |
Por ello, igual que otras veces, he buscado en fuentes ajenas alguna explicación y creo que algo he encontrado. Párrafo 387 del libro de cabecera del Opus Dei, Camino, (como es bien sabido buena parte del PP tiene gran relación, e incluso militancia en esta organización o secta): “lo que nos pide el Señor, está determinado por la santa intransigencia, la santa coacción y la santa desvergüenza”. Esto explica casi todas las actitudes y algunas de las actuaciones del gobierno recogidas en el BOE.
Párrafo 388: “Una cosa es la santa desvergüenza y otra la frescura laica”. Ya tenemos la explicación al trato de las opiniones ajenas, por parte los portavoces del partido que sustenta al gobierno.
Para juzgar lo erróneo de las prácticas del gobierno pueden servirnos de referencia algunos de los consejos recogidos en una obra, que ha dado sobradas muestras de eficiencia para gobernar, El Príncipe de Maquiavelo. En su capítulo XIX, de título El Príncipe debe evitar ser despreciado y aborrecido, se dice que:”Los Estados bien ordenados y los príncipes sabios cuidaron tanto de no descontentar a los grandes hasta llevarlos a la desesperación, como de tener contento al pueblo. Esto es una de las cosas más importantes que el Príncipe debe tener en su mira”, y establece que el primer instrumento para conseguirlo es el Parlamento.
El gobierno está optando por tener contentos a los grandes, sean estos de la “Troica”, de las cúpulas financieras, o dirigentes de otros Estados y se está olvidando del pueblo al que juró servir. De continuar así es claro que ni la santa coacción, que utiliza frecuentemente ministro de hacienda, ni la santa intransigencia de la que hacen ejercicio en todos los Consejos de Ministros y mucho menos la manipulación de los medios de comunicación que con tanta desvergüenza, tan poco santa, intentan en vez de explicar ocultar sus actos e intenciones, van a servir para evitar encaminar al proyecto España hacia un posible Estado fallido.
Después de reflexionar, comprendo algunas de sus actitudes, condicionadas por su ideología, pero continúo sin entender lo que hace el Gobierno para cumplir con su deber, a pesar de lo que predican, todos los días.